La tesis de Riccheri
Enrique Rodolfo Dick nos ofrece en este volumen la versión traducido del francés a nuestro idioma de un trabajo de aplicación o tesis, presentado por el capitán de artillería Pablo Riccheri al Consejo de Perfeccionamiento de los establecimientos de instrucción militar del ejército belga, para obtener el título de Adjunto de Estado Mayor en 1886, e impresa en Bruselas dos años después.
En páginas preliminares a la traducción, con neta intención esclarecedora el autor reconstruye una etapa apenas conocida de la vida de Pablo Riccheri, que se desarrolla en forma inmediata a su egreso del Colegio Militar, con su viaje a Francia, primero, su asistencia por tres años a los cursos de la Escuela Superior de Guerra de Bruselas en el período 1883-1886 y la publicación de su mencionado trabajo de tesis. Para ello ha exhumado archivos públicos en busca de los datos aislados que le permitieran reconstruir los días y los años de Riccheri en Bélgica y la lectura de legajos diversos han completado las referencias precisas que la obra requería. Un valioso aporte que los estudiosos de la historia militar deben saludar con especial complacencia.
El autor se detiene en los primeros años de Riccheri, y en el apoyo de sus mentores, el coronel Silverio Córdova y el doctor Simón de Iriondo que le acordó una subvención, en 1879, cuando era todavía un Sargento Cadete no egresado del Colegio Militar como Subteniente de Artillería y programaba viajar a Europa para perfeccionar sus conocimientos y obtener el título de ingeniero militar y civil. Está su pedido de auxilio financiero necesario al gobierno de la Provincia de Entre Ríos y las gestiones y tramitación ante el Ministro de Guerra para ir a estudiar a Europa (descriptas en sus trazos gruesos). Lograda la autorización pertinente, en febrero de 1881 se le concedió licencia, sueldo y medio de su clase para afrontar sus gastos durante lo que sería un prolongado período de estudios. En 1882 viajó a Europa, primero a Paris, pero no logró ingresar a la Escuela Superior de Guerra francesa que mantenía cerrada sus puertas para los extranjeros. Entonces fue a Bélgica, a intentarlo en la de Bruselas, que gozaba de mucho prestigio y estaba reputada entre las mejores de Europa. En diciembre presentó su solicitud para cursar los tres años y fue aceptado, al igual que otros oficiales argentinos. Hay cierta oscuridad sobre cómo se organizó esta ida a Europa a estudiar, pero consta que existía comunicación entre la Legación Argentina y el Ministerio de Guerra belga para que los argentinos pudieran cursar, lo que no hubiera sido posible de otro modo, porque estaba exclusivamente dedicado a oficiales de aquél reino y estaba vedado el acceso a particulares. De hecho, el Ministerio informaría a la Legación las calificaciones de los alumnos argentinos, lo que revela que estaban bajo supervisión, y no librados a su suerte y arbitrio
Los cursos comenzaban el 1° de octubre de 1883 (en el otoño del hemisferio norte) y el 30 de ese mes le fue notificado a Riccheri su admisión. Dick describe el ambiente de la Escuela, pone en claro cuáles eran los programas de estudio, marcando las diferencias existentes entre los planes reales que surgen de los legajos de Riccheri y otros camaradas suyos, y los difundidos por Benjamín García Aparicio en su divulgado pero no muy exacto libro sobre las escuelas militares europeas (1897). Se menciona la presencia en la Escuela de otros argentinos que estudiaban allí, provenientes todos del arma de artillería, y en algún momento destinados al Regimiento de Artillería N° 1 (José Sandalio Sosa en 1882-1887 y José Antonio Rojas en 1884-1887), como también a los candidatos que aprobaron el ingreso pero no continuaron (tenientes Manuel Roldán, Carlos Mallo y Carlos Sarmiento y en 1888 Rafael de Oliveira Cézar de ingenieros). Los cursos terminaron en mayo de 1886, y ya en octubre Riccheri figura oficialmente como agregado militar a la legación argentina en París. En diciembre 28 se le expidió el certificado de aprobación de sus exámenes finales y la obtención del título de Adjunto de Estado Mayor,
Para recibirse, Riccheri debió enfrentar un tribunal que le dio un tema o ejercicio a desarrollar, lo que él llamó después su “tesis”, cuya presentación y calificación – desconociendo la fecha cierta - es presumible situarla entre mayo, que terminaron los cursos, y diciembre de 1886 cuando se expidió el certificado final. El jurado de tesis estuvo integrado por oficiales generales y superiores que componían el consejo de perfeccionamiento de los establecimientos de instrucción militar del ejército belga, encabezados por el teniente general H. A. Brialmont, Jefe de cuerpo del Estado Mayor del ejército, inspector general de fortificaciones y del cuerpo de ingenieros, cuatro tenientes generales, un mayor general y dos coroneles, y un secretario teniente coronel.
Resta decir que Enrique Dick se ocupa de la especificidades técnicas en que incursiona la tesis, pero no le ha sido posible establecer las exactas fuentes de información de Riccheri pues no las ha encontrado ni en sus manuscritos de Rosario ni en los volúmenes de su biblioteca, o en lo que de ella se conserva, en el Círculo Militar, que ha revisado infructuosamente en busca de subrayados, notas marginales o papeles indicadores, pero no hay nada. Entonces se pregunta si fue Brialmont mentor de la tesis como alguien ha sugerido y es un interrogante que deja planteado. Publicada en 1888, la tesis tuvo breve pero elogioso comentario en revistas francesas.
Deja constancia el autor de su rastreo de ejemplares, las dedicatorias, el número estimado de la tirada, su posible costo y los fondos con que Riccheri solventó la edición.
Pero el trabajo de Dick no se agota en estos datos. Investigador metódico, tenaz e ilustrado, se ha ocupado de temas hasta hace poco envueltos en la penumbra, como lo demostró en su libro La profesionalización en el Ejército Argentino (2014), en el cual desplegó un amplio repertorio sobre los progresos en nuestro país en la educación militar de los oficiales durante los tres lustros que van de 1899 a 1914, es decir en el período de modernización del Ejército iniciado bajo influencia germana. Y ahora retrocede una década, hasta el quinquenio 1881-1886, durante la primera presidencia de Julio A. Roca, para referirnos –excediendo con creces el título del libro- un tema conexo: la poco conocida experiencia del envío de jóvenes oficiales subalternos argentinos a estudiar en Europa, particularmente en la Escuela Superior de Guerra de Bélgica y sus resultados.
Guillermo Palombo