HMS Ajax and River Plate Veterans Association
Visita conmemorativa a Sudamérica, Diciembre 2019.
(Notas de Jonathan Harwood)
Gentil traducción de Guillermo Bräutigam
Antecedentes
La participación en la HMS Ajax and River Plate Veterans Association está abierta a todos aquellos que sirvieron en el crucero HMS Ajax (1935-1948), en la fragata HMS Ajax (1963-1985), aquellos marinos que participaron en la Batalla del Río de la Plata en cualquiera de los navíos, o son parientes o amigos de aquellos que lo hicieron y aquellos conectados con la ciudad de Ajax, Ontario in Canadá. Actualmente, la asociación tiene más de 200 miembros y asociados.
Fue en enero de 2017 cuando Malcolm y Judi Collis comenzaron a pensar acerca de un viaje a Sudamérica coincidiendo con el 80º aniversario de la Batalla del Río de la Plata, lo que sucedería en Diciembre de 2019. Judi era la miembro secretaria de la Ajax Association y Malcolm era el responsable del archivo, administrador de la página Web y editor de la revista. Ellos se pusieron en campaña para entusiasmar a los miembros de la Asociación. La respuesta fue muy positiva y la aventura pasó a ser considerada como excitante y significativa para muchos.
De acuerdo con esto, Malcolm comenzó a planear el viaje. Si bien el viaje a Uruguay fue siempre el principal objetivo, Malcolm necesitaba planear algunas actividades adicionales que aseguraran que, el mismo, fuera memorable como “un viaje único en la vida” para todos los participantes. Así como visitar Uruguay, también hacerlo con Argentina donde era esencial visitar la tumba del Capitán Langsdorff del Graf Spee.
Malcolm, cuyo padre estuvo a bordo del HMS Ajax durante sus dos campañas desde 1936 a 1939, también consideró que el viaje sería una buena oportunidad para resaltar la ayuda humanitaria provista por los marinos de los buques HMS Exeter y HMS Ajax luego del terremoto ocurrido en Chile en enero de 1939, con centro en la ciudad de Concepción donde fue particularmente serio. Entonces, los tres países, Chile, Uruguay y Argentina, estarían en nuestra lista.
Siendo la Ajax Association una asociación de veteranos militares de carácter oficial, nuestros contactos abrieron ampliamente todas las puertas necesarias en todas las oficinas nacionales y provinciales de los gobiernos y las organizaciones militares. Igualmente, las Embajadas Británicas de esos países y los amigos de las organizaciones de veteranos ligadas a la Batalla del Río de la Plata, ayudaron a Malcolm con el planeamiento.
Todas las respuestas fueron muy positivas. Sin embargo, cuando la ciudad de Concepción en Chile fue consultada si ellos tendrían alguna conmemoración del terremoto de 1939, contestaron que, dada la frecuencia con que se producen estos fenómenos, ellos no conmemoraban tales eventos.
Sin embargo ambos, la oficina del Intendente y la Marina de Chile prometieron un programa que destacara la ayuda desarrollada por la Marina Británica en 1939.
Decidimos que la Asociación no visitaría la costa chilena del Pacífico sin homenajear a la trágica Batalla de Coronel en 1914, cuando una escuadra naval comandada por el Almirante Christopher Cradock fue derrotada por una escuadra alemana comandada por el Almirante Graf von Spee. En esa batalla, los navíos HMS Good Hope y HMS Monmouth fueron hundidos con la pérdida de 1654 marinos británicos, incluyendo al Almirante Cradock.
Los planes de Malcolm encendieron tal entusiasmo por el viaje, que decidimos no solo viajar desde Gran Bretaña a Sudamérica, sino incluir también a personas de otros lugares del mundo, ya que quizás fuera la última oportunidad de festejar y saludarnos con los últimos veteranos que lucharon durante la II Guerra Mundial.
Desde Nueva Zelanda, Doug y Julie Batt planeaban venir representando al padre de Doug llamado Bob, que fuera corneta en el HMS Achilles en la batalla. Desde Canadá, Shaun Collier, Alcalde de la ciudad de Ajax en Ontario planeaba asistir con su esposa Rose.
La organización fue un inmenso esfuerzo para Malcolm. La conmemoración del 80º aniversario comenzó con una reunión en junio en el National Memorial Arboretum.
Hubo un acto de recuerdo en el monumento a la Batalla y una corona floral fue colocada por Stephen, nieto del Almirante Harwood. Esto fue seguido por un homenaje al Día-D en conmemoración del 75º aniversario del rol desempeñado por el HMS Ajax durante el desembarco en Normandía.
Lamentablemente, Judi, la esposa de Malcolm, falleció en agosto luego de una larga lucha contra el cáncer. Ella será extrañada por cada uno de los que la hemos conocido.
En octubre, la reunión de la Asociación se realizó en Chatham con un servicio religioso frente al monumento de aquellos que cayeron en la batalla. Si bien, originalmente el monumento fue parte del muelle naval, luego fue instalado en la capilla Saint George. Este monumento es similar al que está localizado en la Catedral de la Most Holy Trinity en Montevideo, ambas han sido hechas en Chatham, el puerto de donde el HMS Ajax partió en sus últimas campañas.
Chile
Todo estaba listo para que, 28 miembros del grupo partieran desde Londres el 01/12, volando inicialmente a Santiago de Chile.
Desde allí, el plan era hacer un viaje de un día a Valparaíso (“la Perla del Pacífico”) que había sido considerada, en los años 30 por los marinos que la visitaban como el mejor puerto de la costa del Pacifico. Luego, volar a Concepción por dos días donde había sido combinada con el Intendente, una recepción diplomática así como una visita a la base naval de la Marina Chilena cerca de Talcahuano, donde los buques HMS Exeter y Ajax habían atracado para proveer ayuda en los estragos producidos por el terremoto de 1939. Desde Concepción, visitaríamos el pueblo costero de Coronel, cerca del sitio donde tuvo lugar la batalla homónima en 1914.
Sin embargo, mientras Malcolm organizaba, la situación en Chile estaba deteriorada con reportes de alborotos y violencia, especialmente en las ciudades. En las dos semanas previas a nuestro vuelo, Malcolm estuvo en continuo contacto con autoridades de la Embajada en Santiago, respecto a la seguridad de nuestro viaje propuesto. Luego, el Intendente y la policía de Concepción nos alertaron que no visitáramos la ciudad ya que, no podían garantizar nuestra seguridad. La Armada de Chile, también nos pidió no realizar la visita ya que ellos habían sido puestos en disponibilidad para ayudar a contener la agitación popular. Estas noticias, produjeron a Graham, nuestro consultor de viaje y a Malcolm un enorme dolor de cabeza para reorganizar el viaje de los días que nos restaban en Chile sin incurrir en costos adicionales. Descartados los viajes a Valparaíso, Concepción y Coronel, en su reemplazo pasaríamos dos placenteros días en Santa Cruz en la región vitivinícola del valle de Colchagua. Fue una pena que, en nuestro viaje, no pudiéramos ver el Océano Pacífico.
Habiendo tocado tierra en Sudamérica por primera vez, nuestra experiencia en Chile fue muy diferente a las de Uruguay y Argentina. El país es mucho más árido que sus vecinos del este, en el otro lado de los Andes, los cuales pudimos ver desde Santiago. La ciudad era grande, limpia y con espacios verdes intercalados con grandes edificios de oficinas de paredes vidriadas. Lamentablemente, nuestra experiencia en esa ciudad capital, fue desagradable por las evidencias de la agitación civil en cualquier lugar al que fuéramos. Muchos edificios, especialmente los gubernamentales estaban pintados con graffitis, muchos bancos tenían sus frentes con chapas corrugadas hasta el nivel del piso, para proteger sus paredes de vidrio y hasta algunos restaurantes tenían similares resguardos para protegerse de los disturbios. A pesar de que habíamos sido alertados para no dejar el hotel, algunos de nosotros que nos aventuramos a salir para alguna comida, y no encontramos disturbios. De hecho, lo más frustrante fue nuestra falta absoluta de comunicarnos en español en una ciudad donde solo unos pocos podían hablar inglés.
Durante el tour que realizamos en ómnibus por Santiago, en nuestro segundo día de estadía, no hubo paradas ni desembarcos, así que fue cuestión de tomar fotos a través de las ventanillas del ómnibus.
Según nos contaron, esos episodios de disturbios ocurrían para provocar efectos de ser diseminados por las redes sociales y la prensa y eran a menudo instigados por estudiantes universitarios a la hora del almuerzo o durante la tarde.
Esa tarde, fuimos invitados a una recepción en la Embajada Británica, teniendo como anfitriones a su Excelencia Sr. Jamie Bowden y su esposa Sarah. La Embajada en Santiago es similar a la de Montevideo, una casa adorable y jardín rodeado de edificios de oficinas.
Uno de los invitados, me contó que su abuelo había sido evacuado de Concepción, después del terremoto de 1939 a bordo del HMS Exeter y llevado a Valparaíso. El sospechaba que había sido una maniobra urdida por los padres de su novia que no lo aprobaban como novio de su hija. Sin embargo, a pesar de la oposición de los padres, la pareja pudo reunirse en Santiago donde ella estudiaba para ser docente. Finalmente se casaron y fueron, obviamente sus abuelos.
Al día siguiente nos dirigimos a los Andes, hacia el Resort de Esquí Valle Nevado.
Era extraño conducir por un país árido lleno de cactus camino a una estación de esquí. Esta estaba cerrada por ser verano y los más abundantes residentes que encontramos fueron numerosos cóndores, ya sea posados en las construcciones o cruzando los cielos encima nuestro.
Luego nos dirigimos hacia Santa Cruz en nuestro itinerario corregido.
Mientras estuvimos allí aprendimos mucho sobre los pueblos indígenas del sur de Chile y sus vínculos con la cultura polinesia de la región del Pacífico.
Después de este breve descanso, volvimos a nuestro itinerario planificado, viajamos de regreso a Santiago desde donde tomamos el vuelo a Montevideo, llegando a ver una gloriosa puesta de sol sobre el Río de la Plata cuando entramos en la ciudad.
Uruguay
Montevideo es una ciudad encantadora. Más pequeña que Santiago o Buenos Aires, era un lugar donde podíamos caminar desde nuestro hotel para visitar sitios de interés o alquilar bicicletas y aventurarnos más lejos. El clima era perfecto y ningún lugar estaba abarrotado. Con varios eventos formales en el programa, Malcolm había organizado, además, numerosas excursiones y experiencias informales, así como asignado períodos de tiempo libre para que los integrantes del grupo pudieran explorar y elegir su propio entretenimiento. Con poco tráfico, el domingo por la mañana siempre es un buen momento para ver una ciudad y Montevideo el 8 de diciembre no fue la excepción. Después de visitar el Palacio Legislativo y el Estadio Nacional de Fútbol, nos tomamos el tiempo para detenernos junto a las grandes estatuas, La Diligencia (caballos) y La Carreta (bueyes). En los días siguientes, apreciamos que Montevideo es un lugar maravilloso para ver estatuas, mucho más de las que se ven en el Reino Unido.
Al desembarcar de nuestro autocar por la Catedral Metropolitana en la Plaza de la Constitución, continuamos nuestro recorrido a pie, caminando por la Plaza Zabala hasta el Mercado del Puerto y el imponente edificio del Comando General de la Armada Nacional.
Habiendo visto este edificio en tantas fotografías antiguas, fue impresionante para mí verlo por primera vez. De hecho, gran parte de mi tiempo en la ciudad fue la búsqueda y observación de los antiguos edificios que deberían haber existido cuando mi abuelo visitó la ciudad en numerosas ocasiones, desde 1937 hasta 1940. De alguna manera, no creo que hubiera visto (o necesariamente visitado) la Tienda de Cultura Cannábica (tienda de cannabis) por la que pasamos en nuestro camino.
Después del almuerzo tuvimos la tarde para nosotros solos. Muchos caminaron la corta distancia hasta la Logia Masónica de Silver River, donde los miembros de la Logia los entretuvieron de forma real y les mostraron los objetos de la Batalla del Río de la Plata en su colección, incluida una fotografía del HMS Ajax, firmada en ese momento por varios miembros de la tripulación.
Durante nuestra visita, ochenta años después, fue muy significativo conocer a las pocas personas que, cuando hablaban del ataque de Graf Spee, podían decir: "Yo estuve allí". El francmasón Martin McAdam era una de esas personas, tenía solo 10 años cuando vio el hundimiento. Lamentablemente, Sue y yo nos perdimos esta fascinante visita. En su lugar, alquilamos bicicletas del hotel y recorrimos el paseo marítimo más largo del mundo, La Rambla, para encontrar la Avenida Almirante Harwood. Descubrimos que era un hermoso boulevard con los árboles en flor, aunque el viaje de ida y vuelta de más de 32 kilómetros entre las multitudes del domingo por la tarde fue un asunto agradable pero lento. Al día siguiente viajamos en autobús al lado del estuario del Río de la Plata a la histórica ciudad de Colonia del Sacramento, un gran día para ver algunos lugares del Uruguay más allá de Montevideo y para tener una mejor idea de cuán grande es el estuario del Río de la Plata. Desde el faro en el barrio histórico de Colonia, pudimos ver los altos edificios de Buenos Aires a 50km. Colonia tiene una historia interesante y sus museos contenían algunos especímenes de la naturaleza interesantes, así como piezas y armas históricas. El martes 10 de diciembre, otra vez en Montevideo, fue un día libre. Algunos de los integrantes del grupo visitaron el Estadio Centenario y el Museo del Fútbol.
Deseosos de tener una buena vista del puerto, Sue y yo nos propusimos subir a la Torre de Telecomunicaciones (158 m de altura, 35 pisos, edificada en 2002), construida cerca de la orilla del puerto de Montevideo. Sin embargo, caminar allí incluyendo un desvío necesario alrededor de la estación de tren central abandonada (no hay ferrocarriles en Uruguay), demoró nuestra llegada 20 minutos después de que los recorridos por la torre hubieran cerrado por ese día. Decidimos regresar en otro momento y entonces, visitamos el Museo Andes 1972.
Esto fue un par de días antes de que nuestro grupo planeara visitar este museo, por lo que nos permitiría visitar la torre otro día. Este museo cuenta la historia del trágico accidente aéreo en octubre de 1972 que transportaba a un equipo uruguayo de rugby a Chile. Cuando era adolescente, había leído el libro "Alive" de Piers Paul Reid sobre el accidente aéreo y también había visto la película, así que conocía bien la historia. Sin embargo, el museo fue increíblemente impresionante al relatar una historia de sorprendente resistencia e ingenio. Aprendí más sobre los desafíos inauditos que enfrentaron los sobrevivientes y finalmente los superaron. Fue aleccionador saber que si el avión hubiera caído en el mismo valle hoy, en lugar de deslizarse y descansar a lo largo de la nieve, habría sido destruido en el suelo rocoso del valle. Debido al cambio climático, ahora hay menos nevadas a esta altura en los Andes en octubre.
Esa noche, el grupo fue invitado a una recepción formal en la Residencia del Embajador Británico en Montevideo, donde fuimos recibidos por Su Excelencia Ian Duddy y el Agregado de Defensa, el Coronel Robin Smith. Durante los discursos, tanto el embajador como Richard Cowley hablaron calurosamente sobre Sir Eugen Millington-Drake quien, como Ministro británico, vivía en la Residencia en el momento de la Batalla del Río de la Plata y desempeñó un papel fundamental en la controversia diplomacia que siguió.
Durante la recepción, Sue y yo conocimos a Inge Langsdorff-Nedden, la hija del capitán Hans Langsdorff y su esposo, Rüdiger Nedden. Inge solo tenía dos años cuando su padre zarpó en el Graf Spee hacia su incursión en el Atlántico Sur en 1939. Por supuesto, nos encontramos con Inge y Rüdiger varias veces durante la semana siguiente; son una pareja encantadora y su presencia fue tan importante como nuestro intercambio de reflexiones sobre los eventos que tuvieron lugar hace 80 años. Hablé en las recepciones de la embajada en Santiago y Montevideo y conté cómo Henry Harwood tenía un gran afecto por América del Sur, aprendía español y esperaba que sus oficiales aprendieran el idioma a nivel de "cóctel". Primero visitó el continente 1919-1921 como Teniente Comandante en el Escuadrón del Atlántico Sur, antes de regresar 1936-39 como Comodoro a Sudamérica cuando con sus barcos, HMS Exeter y HMS Ajax circunnavegó el continente dos veces. Después de la batalla, en diciembre de 1939, permaneció en América del Sur en el HMS Hawkins hasta septiembre de 1940, cuando regresó al Reino Unido a la siguiente etapa de su carrera en la Royal Navy. Lamentablemente, debido a problemas de salud, nunca regresó a América del Sur.
El miércoles 11 de diciembre, fue un día importante cuando viajamos a Punta del Este en la provincia de Maldonado para una ceremonia informal en el Ajax Anchor Memorial, en la Plaza Gran Bretaña que se encuentra en Punta de la Salina, en el extremo sur de Uruguay, donde el Río de la Plata se encuentra con el Océano Atlántico. El ancla, una hoja de anclaje del HMS Ajax, fue regalada a Uruguay después de que el barco fue desguazado en 1949 y probablemente transportado al sur poco después.
Durante la ceremonia, estuvimos lo más cerca posible de la Batalla del Río de la Plata, a la vista de la isla de Lobos, entre la cual y la orilla, pasó el HMS Achilles mientras seguía a Graf Spee que estaba entrando en el Río de la Plata y se dirigía a Montevideo.
Ante un impresionante grupo, encabezado por el Alcalde de Maldonado, representantes de la Armada uruguaya (incluida una Guardia de Honor) y la televisión local, nos presentamos para una ceremonia de conmemoración frente al ancla, que lucía resplandeciente con una nueva capa de pintura. El evento fue organizado por Andrew Beare MBE, el Cónsul Honorario de la Embajada Británica en Punta del Este y el nieto del Comandante Lloyd Hirst OBE.
Lloyd Hirst era el Asistente del Agregado Naval en Buenos Aires en el momento de la batalla y como jóvenes oficiales juntos en América del Sur en la década de 1920, él y Henry Harwood se habían convertido en amigos cercanos. La hermana de Andrew, Diana también estuvo presente, y fue muy conmovedor conocerlos con Uruguay como telón de fondo. En la ceremonia de presentación, Nigel Masters, el Presidente de la Asociación depositó una corona de flores en nombre de la Asociación y todos nos detuvimos para conmemorar el evento que tuvo lugar justo en el horizonte en diciembre de 1939.
En ese lugar, la historia de la Batalla del Río de la Plata se nos volvió a contar en español y los niños de las escuelas locales descubrieron una placa con un código QR que permitirá a los futuros visitantes conocer el ancla y su lugar en su historia. Antes de obsequiarle al Alcalde una copia actualizada de “Harwood y la Batalla del Río de la Plata” (escrito por mi tío, Henry Harwood), aproveché la oportunidad para expresar mi opinión de que al escuchar los disparos en el mar y ver los buques de guerra en acción, el pueblo de Maldonado habría sido el primero en el mundo en darse cuenta de que la guerra de 1939 ya no era una guerra europea, sino que, como el conflicto de 1914-1918, veinte años antes, se había convertido en una guerra mundial.
El ancla en Punta del Este, creo, es el monumento de Uruguay a la batalla. Por la tarde, Andrew nos llevó a lo largo de la costa para caminar descalzos por la orilla del mar, en Playa de los Ingleses y admirar la famosa escultura de "Los dedos".
En la mañana del jueves 12 de diciembre, otra vez en Montevideo, Sue y yo volvimos a la Torre de Comunicaciones y visitamos la plataforma de observación donde fuimos recompensados con espectaculares vistas del puerto, incluido el edificio de la Armada, el área donde Graf Spee había estado anclado en 1939 y los numerosos restos de naufragios en las aguas poco profundas.
Luego caminamos hasta la Plaza Independencia y recorrimos el histórico Palacio Salvo. Desde lo alto de este edificio emblemático de aspecto increíble, hay vistas del puerto y del estuario del Rio de la Plata. Construido como un hotel y terminado en 1928, desde entonces se ha convertido en un edificio de departamentos, pero algunas áreas se han conservado para dar una idea de cómo era en su apogeo de antes de la guerra. Me enteré de que fue desde este punto álgido, que el domingo 17 de diciembre de 1939 el ministro británico, Sir Eugen Millington-Drake, pasó la noche con su familia y algunos miembros del personal en el apartamento de un amigo en el piso 19.
Su objetivo era tener una vista panorámica para ver lo que sucedería cuando el Graf Spee saliera del puerto ese fatídico atardecer. En ese momento, más abajo en el estuario de Rio de la Plata, a bordo del HMS Ajax, mi abuelo esperaba otra batalla. Ninguno de los que miraban sabía lo que iba a suceder.
Millington-Drake y sus amigos tenían los mejores asientos de la ciudad cuando a las 6 pm., el Graf Spee levó anclas y se inmoló.
Después del almuerzo, todos nos reunimos para un recorrido histórico por Montevideo, guiados por el profesor Alberto Márquez, que no solo nos llevó a algunos de los sitios coloniales más antiguos cerca del puerto, sino que también nos mostró una impresionante colección de documentos y efectos relacionados con la Batalla del Río de la Plata.
Mi primo, Ben Harwood, había llegado con su familia la noche anterior, con lo que nuestra grupo estaba completo con 42 miembros. Ben (el hijo de mi tío Henry Harwood) estaba acompañado por su esposa Kate, sus tres hijos, George, Giles y Serena, y la esposa de George, Rosanna.
Nuestro recorrido histórico terminó en el Museo Naval en La Rambla. Después de un fascinante recorrido por el museo, guiado por historiadores locales, el Embajador Británico, Su Excelencia Ian Duddy y el Embajador alemán en Uruguay, Su Excelencia Ingo von Voss, descubrieron conjuntamente una placa para conmemorar nuestra visita. Los miembros visitantes de la comunidad alemana, incluidos Inge y Rüdiger Nedden (Langsdorff) también estuvieron presentes en esta ceremonia, más surrealista al sol de la tarde.
En el museo conocí a Daniel Acosta y Lara, autor de un excelente libro, "Graf Spee - 1939-2014 - From Wilhelmshaven to the River Plate". Se dio cuenta de que había llevado una copia de este libro, de modo que de pie junto al uniforme de gala de comodoro de mi abuelo pude mostrar una fotografía en el libro de él con el mismo uniforme.
Durante un breve discurso, dije que es apropiado que el uniforme se exhiba en este museo, ya que fue en Montevideo donde lo habría usado por última vez, ya que se lo guardó después de declararse la guerra.
Esa noche nos recibieron Richard Empson MBE y miembros de la Sociedad Británica en Uruguay, en el Colegio Británico de Carrasco.
Después de una cálida presentación de Richard Empson y luego del Capitán de Navío Dr. Jörg Hillmann, Comandante del Centro de Historia Militar y Estudios Sociales de las Fuerzas Armadas alemanas, di una conferencia sobre la Batalla del Río de la Plata. Parte de mi charla fue amablemente compartida por Doug Batt; cuyo padre Bob era el corneta en el HMS Achilles.
Doug contó la historia de cómo después de la batalla, en enero de 1940, un grupo de marineros de Nueva Zelanda del HMS Achilles y algunos marineros alemanes del Graf Spee se encontraron en un bar en Buenos Aires. Esta historia fue un recuerdo de Stoker Evans quien terminó con los lugareños en el bar, pasando un sombrero para pagar la cuenta del bar; tan impresionados estaban conque los marineros de las naciones beligerantes pudieran dejar de lado sus diferencias y pasar una tarde amistosa en compañía de los demás.
Justo antes de mi charla, fue un gran honor conocer al General Dr. Enrique Dick, Presidente de la Asociación Graf Spee en Argentina y autor del libro "En la estela del Graf Spee". Este libro cuenta la conmovedora historia de su padre, Hein Dick, que había sido marinero en el Graf Spee. El libro relata cómo los marineros de Graf Spee se establecieron en Argentina después del hundimiento y rehicieron sus vidas. La internación no fue fácil para ellos, pero se cuidaron y apoyaron mutuamente, construyeron sus alojamientos y se ganaron el respeto de las comunidades argentinas de las que formaron parte. Este libro es más conmovedor al haber sido escrito por el hijo de un marinero alemán que tuvo una madre argentina.
Sabíamos que al día siguiente, viernes 13 de diciembre, el 80º aniversario de la Batalla del Río de la Plata iba a ser un día ocupado.
Los eventos planeados en Montevideo conmemorarían, a su vez, a las naciones británica, neozelandesa, alemana y uruguaya; cada uno de manera diferente pero significativa. Primero, nos reunimos en la Catedral de la Santísima Trinidad para un servicio de recuerdo ante la Junta de Honores que enumeró a todos los miembros de la tripulaciones del HMS Exeter, Ajax y Achilles que habían muerto en la Batalla del Río de la Plata. Se colocaron coronas de flores a los pies de la Junta de Honores y durante el servicio, la corneta de Achilles de Bob Batt tocó el Último Mensaje. Además, se descubrió una pequeña placa junto a la Junta de Honores que conmemora nuestra visita.
Pasando al Cementerio Británico, hubo una ceremonia de homenaje frente a la tumba común de tres marineros del HMS Achilles cuyos cuerpos habían sido arrastrados a tierra, después de su entierro en el mar. La colocación de la corona fue efectuada por los embajadores británico y neozelandés, con la presencia de los embajadores de Canadá y Alemania y, junto con representantes de las fuerzas armadas británicas, alemanas y uruguayas y todos nos sentimos honrados de estar presentes.
Sentí que la ceremonia en el Cementerio del Norte, donde están enterrados los marinos fallecidos de la tripulación de Graf Spee, fue muy conmovedora. Las líneas de cruces simples que marcan las tumbas, cada una con el nombre y la edad del miembro de la tripulación cuentan la historia de una vida interrumpida. Durante el servicio, Su Excelencia Ingo von Voss, el Embajador alemán pronunció un discurso conmovedor que resumió las razones por las que estábamos juntos en este día de recuerdo y lo he reproducido al final de este artículo.
Luego fue el turno de la Armada Uruguaya de hacerse cargo del acto final de visita al lugar del naufragio del Graf Spee, que se encuentra en aguas internacionales a seis millas del puerto de Montevideo. A bordo del buque escuela de la marina uruguaya ROU Capitán Miranda, nos llevaron al sitio donde, después de más discursos, cada uno de nosotros arrojó un clavel al agua. En un acto de unidad, los Agregados de Defensa alemanes y británicos arrojaron, conjuntamente, una corona sobre el agua, al igual que los Neddens.
La última ocasión formal para el 13 de diciembre fue una recepción en la Embajada de Alemania, organizada por Su Excelencia, Ingo von Voss. Como historiador aficionado, tuve que pellizcarme cuando me presentaron a Alberto Guani, nada menos que el nieto del Dr. Alberto Guani, quien fuera Ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay en 1939 y que manejó de manera experta el incidente causado por la repentina llegada de Graf Spee a Montevideo perseguido por barcos de la Royal Navy.
El sábado 14 de diciembre era el día en que debíamos abandonar Uruguay y dirigirnos a Argentina en ferry.
Desconocido para muchos, Malcolm había logrado obtener un permiso del gobierno uruguayo para que pudiéramos ver el águila de bronce que coronaba en la popa de Graf Spee y que había sido rescatado en 2006 por Mensun Bound. A pesar de que inicialmente se exhibió, el águila luego se consideró demasiado sensible y, por lo tanto, había sido encerrada en un lugar secreto. Nos llevaron en autobús a una base militar y después de que nos informaran de la prohibición de tomar fotografías, de a pequeños grupos de ocho personas se nos mostraron el águila que se había guardada en la armería. Parecía muy grande e imponente, ligeramente incrustada de almejas, sin signos de corrosión pero con una pequeña abolladura, posiblemente el resultado de ser alcanzado por una esquirla de proyectil durante la batalla. Después de regresar, Sue y yo fuimos en bicicleta una vez más al Museo Naval para un estudio más profundo de sus exhibiciones y efectos. Luego el grupo viajó al puerto y tomó el ferry a Buenos Aires.
Argentina
Por obvias razones políticas, nuestra visita a Argentina fue más informal. Las remeras de la Asociación Ajax y las gorras de béisbol fueron guardadas y cualquier enlace con la Embajada Británica fue informal y detrás de escena. Sin embargo, a pesar de esto, todos tuvimos tres días muy conmovedores y memorables.
El domingo 15 de diciembre fue un día de eventos organizados por nuestros anfitriones, la Asociación Graf Spee. La asociación está compuesta por descendientes de los miembros de la tripulación de Graf Spee y sus familias y amigos. Lamentablemente, ninguno de los miembros de la tripulación está vivo, pero fue maravilloso y emocionante conocer a miembros de la "familia Graf Spee", muchos de los cuales habían viajado largas distancias para reencontrarse con conocidos y conmemorar el 80º aniversario de la batalla. El Capitán Hans Langsdorff y su memoria son muy importantes para ellos, ya que fue, su decisión en 1939 hundir su barco que salvó la vida de su tripulación. Antes del enfrentamiento, le dijo a su tripulación: "Para mí, mil jóvenes vivos valen mucho más que mil héroes muertos". Se evitó una segunda batalla naval, que muchos previeron provocaría la derrota y la muerte. Su decisión de no pelear una segunda batalla también evitó la muerte de otros miembros de las tripulaciones británica y neozelandesa. Ese domingo por la mañana nos reunimos en el cementerio de La Chacarita en Buenos Aires, donde había una gran multitud reunida para lo que serían dos actos de conmemoración. Comenzamos en el Cementerio Alemán (sección alemana) donde está enterrado el Capitán Langsdorff.
Fue una maravillosa reunión de asistentes de distintas nacionalidades. La música fue ejecutada por una banda naval argentina; El discurso de Malcolm fue traducido al español por Laura Fricke, la nieta de un miembro de la tripulación de Graf Spee; el discurso de Rüdiger Nedden en inglés fue también traducido al español. La última carta del capitán Langsdorff a su esposa fue leída y finalmente Enrique Dick pronunció un discurso en tres idiomas. El presidente de la Asociación Ajax, Nigel Masters, colocó una corona de flores en nombre de la Asociación.
A continuación, un guardia armado de la Legión Británica de Buenos Aires condujo a todos los delegados a la sección Commonwealth War Graves del cementerio. Siguió un breve servicio de conmemoración ante la tumba de Able Seaman Jim T. Frederick, del HMS Exeter, quien, de 20 años, había muerto en el hospital de Buenos Aires en marzo de 1940 por las heridas sufridas en la batalla. Había sido transferido por el equipo médico que había viajado a las Islas Malvinas después de la batalla para tratar a los heridos. Los miembros de la Asociación, Ray London y Steve Bell, cuyos padres habían servido en el HMS Exeter en la batalla, colocaron la corona de la Asociación.
Después de los servicios, fuimos invitados por la Asociación Graf Spee a un almuerzo en la Sociedad Alemana de Gimnasia. La comida fue una espléndida combinación de asado sudamericano acompañado de platos y postres tradicionales alemanes. Hubo numerosos discursos y presentaciones de placas, libros, una pintura y una réplica del letrero de la calle Langsdorff Drive de Ajax, Ontario
Al día siguiente tuvimos nuestra visita guiada a Buenos Aires, incluyendo una recorrida al Cementerio La Recoleta con sus impresionantes mausoleos y luego a la calle Caminito en el área de La Boca, lleno de edificios de chapas de hierro corrugado pintados con colores brillantes y figuras de papel maché de tamaño real. Después del almuerzo, di mi conferencia sobre la Batalla del Río de la Plata a miembros de la Asociación Graf Spee.
Tuvo lugar en un maravilloso ambiente relajado, con el idioma como la mayor barrera entre todos los que realmente queríamos hablar. Aunque varios miembros de la Asociación Graf Spee tuvieron largos viajes de regreso a casa, fue genial compartir un momento informal con ellos y ver a los Neddens claramente disfrutando de pasar tiempo con viejos amigos. Esta fue una gran ocasión para terminar nuestra conmemoración de la Batalla del Río de la Plata de 1939.
Esa noche fuimos a una cena y un espectáculo de tango que fue muy impresionante y muy divertido, con varios de los integrantes del grupo en la pista de baile.
En nuestro último día en Sudamérica, Sue y yo hicimos un recorrido en autobús descapotable por Buenos Aires. Es una ciudad encantadora y muy diferente a Montevideo y Santiago. Esa noche, el grupo se reunió para una cena de despedida con brindis y discursos finales y, especialmente nuestro agradecimiento se extendió varias veces a Malcolm por organizar una experiencia tan maravillosa para todos nosotros.
Discurso de Su Excelencia Ingo von Voss, Embajador de Alemania en Uruguay en el acto de Conmemoración en el Cementerio del Norte, Uruguay, 13 de diciembre de 2019. “Todos los años, con nuestros aliados occidentales, conmemoramos juntos las dos guerras mundiales. Nosotros hacemos esto tanto en el Día del Armisticio, 11 de noviembre, como en el Volkstrauertag alemán cuando Alemania honra a las víctimas de la tiranía y el terror. Es legítimo reflejar el pasado y tomar conciencia de los tiempos pacíficos en los que hemos vivido en Europa desde 1945. Esto no se puede dar por sentado. Esas generaciones nacidas después de la Segunda Guerra Mundial solo han conocido tiempos pacíficos, debido a la experiencia y el sufrimiento de quienes atravesaron las guerras del siglo XX con todos sus horrores. Hoy, nos reunimos en un día especial y en la escena de eventos históricos cerca del Río de la Plata. Esta mañana, recordamos a los miembros de las tripulaciones británicas y neozelandesas muertos en acción. Ahora recordamos a los alemanes que perdieron la vida en diciembre de 1939 en las aguas del Atlántico Sur. La mayoría de los marineros enterrados en este cementerio eran muy jóvenes. No tuvieron oportunidad de disfrutar la vida. En cambio, tenían que servir a su país y estaban en servicio activo cuando estalló la guerra en septiembre de 1939. No había otra manera. Lo que se había relacionado con un toque de aventura, especialmente en la marina en tiempos de paz, se volvió mortal después del comienzo de la guerra. Los miembros de la tripulación del Graf Spee que sobrevivieron a la batalla salieron de la guerra con cierta levedad. Con el hundimiento de su barco, la guerra definitivamente había terminado para ellos. Podrían construir una nueva vida, en la mayoría de los casos en Argentina, debido a decisiones que, con gran previsión, evitaron más sufrimiento. El destino de los miembros de la tripulación británica y neozelandesa que sobrevivieron a la batalla y no fueron hechos prisioneros había sido determinado por el curso de la guerra, con diferentes resultados. Estoy contento y agradecido de que nosotros, como descendientes o ciudadanos de las naciones en guerra en ese momento, podamos hoy conmemorar este evento y honrar juntos a los marineros muertos en acción. Y aprecio mucho que en estos momentos el resultado militar y el curso de la Batalla del Río de la Plata se dejen de lado. Hoy somos conscientes del sufrimiento de quienes participaron en la batalla. Y podemos estar agradecidos y hasta cierto punto seguros de haber encontrado un terreno común en la memoria del pasado y, que por lo tanto, nos haya ahorrado a nosotros y a nuestros descendientes otra guerra en Europa. Muchas gracias por venir y por su atención.
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